Tres mujeres
Tres mujeres impactaron en mi viaje,
brevísima tournée del viejo mundo.
La primera una niñita bien; de buena cuna
¡Que quería matrimonio! ¿Habrase visto?
¿Un descaro mayor? ¡Si no era virgen!,
y con una enorme lista de galanes.
La segunda Angélica, mi chiquita,
que de angélica solo tenia el nombre,
una pequeña ardiente y entregada
capaz de cualquier cosa al complacerme
y que me daba placer insospechado.
Me hubiera quedado “para siempre”
si el deber no se cruza por derecho.
De la tercera me guardo su recuerdo
tan hondo que no digo ni su nombre.
Es una mujer real y verdadera
por ella hubiera dado hasta mi nombre.
Pero hubo tropiezos insalvables.
La edad una de ellas,
Bueno; ja, ja, mi edad la cortapisa
por que según… Mucha diferencia
pero que son solo… ¡Veintiséis años!
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