¡Nada!

Como esa noche umbrosa.
¿Como ese amanecer?
Ya no despertaremos, adorada;
Ni tampoco…
Me miraré en tus ojos al abrirlos
ya no he de ver más sobre tu frente.
Los primeros fulgores…
Del Oriente
Nada ¡Nada! ¡NADA!
Ha sido decretado…
¡No volverá la dicha!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario