La tormenta

Escucho los timbales
la tormenta se asoma.
Allá sobre las cumbres
aparece el relámpago,
la tempestad me llega.
Me llama poderosa
invitando a que acuda.
Nervioso me descalzo,
me arremango
¡Quiero sentir;
el barro entre los dedos…!
Y tomo mi sombrero…
-¿A donde viejo?
Es mi nieto el que increpa
-¡quiero sentir la lluvia!
-Mira por la ventana…
-¡No! Yo la quiero en el rostro
y que me bañe el Alma…
Orgulloso, ¿crees poder desafiarla todavía? Tantas han sido. Un abrazo.
ResponderBorrar